13.- Confinados
El hangar no era otra cosa que un enorme invernadero. Por cada rincón crecían decenas de lirios y amapolas. Un señor bajito, con bigote blanco y guantes de jardinero apelmazaba tierra en un pequeño tiesto.
–¿Te gustan las amapolas blancas o rojas?
Tock se acercó, un tanto desconcertado.
–Azules –contestó en un impulso, sin salir del asombro–. ¿Es usted... Axis?
–Sujeta esto –le tendió el tiesto con una mano mientras limpiaba la base con la otra–. No hay amapolas azules. ¿Y a qué se deben esas miradas?
–No es nada. Le esperaba... diferente.
–Bueno, todos lo somos ¿no es así? –exclamó riendo–. Tú debes ser el que ha perdido a la novia.
Tock se encendió de gozo al escuchar aquellas palabras. Al fin alguien le entendía.
–¿Sabe dónde está?¿La han raptado?
El viejo tomó asiento en el borde de una jardinera y se quitó los guantes.
–Verás, hijo. Esto es difícil de explicar. Y aún más de entender.
Tock sintió que su miedo y su curiosidad crecían por momentos.
–El Valle –continuó Axis– ha sido durante años el centro del mundo. El germen del progreso, la tecnología y la evolución del hombre hacia la perfección absoluta. Esa evolución se ha devorado a sí misma.
–¿Se está refiriendo a la corrupción?
–No. La corrupción fue erradicada hace años, junto a cualquier tipo de delincuencia. De hecho, el problema surge cuando los métodos aplicados sobrepasan los límites determinados por el estado de derecho.
–¿Métodos?
–¿Has oído hablar alguna vez del Vórtice?.
–Creo que sí. Es como una cárcel. Un lugar de rehabilitación de reclusos.
–El Vórtice es la obra cumbre de nuestra tecnología. El condenado no sufre, y tampoco sus allegados. El devenir de los acontecimientos no se altera. No es un lugar físico, Tock.
–Temo que no le entiendo.
–Ya te lo dije.
Le entregó una pequeña flor. Una amapola. Era azul.
–Guárdala para cuando recuperes a tu chica.
–Dijo que no existían.
–Y sin embargo sabías que las cultivaba.
–¿He... estado antes aquí?
–Quizás cientos de veces. Así funciona el Vórtice.
Tock se estremeció. Comenzaba a comprender.
–¿Quiere decir que los reclusos reviven una y otra vez un preciso instante? ¿Están... encerrados?
–La palabra correcta es confinados.